Sangre
Sur Rock abre de nuevo su espacio de difusión para glosar un disco más de un músico
colega de la casa, como es David Carabias, bajista que lo es o ha sido de tres
grupos de Punk muy conocidos en Madrid: Bajo Klero, La Banda del Destierro y Faber
Pugna.
El grupo
que teloneó la última gran actuación de Non Servium en Madrid fue Faber Pugna.
Se unían así las dos formaciones de Punk más representativas de la escena madrileña,
a juicio de quien esto escribe. El Punk libertario o político ha calado muy
fuerte en la capital en la última década y media, gracias a colectivos
musicales como los dos citados, con las ideas bien claras y el antifascismo y
el anticapitalismo a flor de piel.
Faber
Pugna abrieron su trayectoria con este disco de portada inequívoca. Con las Torres
Kio de espaldas y un código de barras que las recorre de lado a lado, un
activista porta una bandera negra mientras oculta su rostro con lo que parece
ser un casco de moto.La imagen resulta
impactante y es un preludio casi apocalíptico de lo que luego se confirmó como
el derrumbe total del sistema. Nos situamos mentalmente en 2007, no lo olvidemos, y la contestación en
las calles es aún marginal, sin la socialización provocada por la crisis a raíz
del estallido del 15M.
Ante
semejante panorama social, Faber Pugna desgranaba una serie de mensajes militantes
que incluían el recuerdo a los combatientes caídos durante la Guerra Civil
(“Una tumba sin nombre”), el orgullo de pertenecer a un clase obrera consciente
de su condición (“Perros sin amo”), el análisis de la siempre extraña y paradójica
realidad del sistema político que padecemos -tan difícil de discernir para
mentes cuerdas- (“Todo es real”, “Síndrome de Estocolmo”, “La seguridad del
preso” y “Bajo las ruinas”), la necesidad de recurrir a la autodefensa y la
violencia política (“Si te niegan el futuro”) o los himnos de autoafirmación
(“Antiautoritarios” y “Corazón de piedra”) y combate en las calles (“La cumbre”). Las
letras comenzaban a ser todo lo brillantes, inspiradoras y preclaras que luego
confirmaron sus posteriores lanzamientos, y quizás por eso en este caso se incluyeron traducidas
al inglés en el propio libreto.
“Amor y odio” reflejaba muy bien esa dualidad de quienes se han arriesgado a
vivir con plenitud de consciencia de lo que es bueno y malo, en un sentimiento pleno que le da al álbum un carácter casi testimonial de una época y un espíritu. El repertorio se
cerraba con la versión de un tema de 37 Hostias, “El niño”, del disco “Cantando
bajo la lluvia ácida”.
El combo
formado por Iban (guitarra y voces), Edu (bajo y voces), Rafita (guitarra) y
Melo (batería) grabaron el CD en junio de 2007 y un mes después el productor
Iban Ardatxo culminaba el trabajo de las mezclas, todo ello en los estudios
Soundfaber, del madrileño barrio de Vallecas.
La masterización la firmó Vicente Alonso en el inmediato noviembre en
Electrosativa, en Barcelona.
Musicalmente
aún andaban pergeñando su sonido, pero ya tocaban rápido y firme, con una
contundencia inequívoca y realmente efectiva. El Hardcore asomaba por aquí y
allá, sin por ello convertirse en una de esas insufribles opciones de músicos
de pantalones cortos y bandana en la cabeza. En este debut había un poco de todo, desde el Punk más clásico al enfoque artístico del Oi y el Street Punk.
Con
posterioridad a este disco con una estética teñida de tintes rojos sacaron otro
de fondos blancos y uno más, el último, cuyo título lo dice todo: “Negro”. Tres
colores, tres, quizás para definir sendos estados de ánimo o momentos de creación.
Su mejora artística ha ido paralela a la limpieza de su sonido, que en este álbum
de debut aún desmerecía el trabajo instrumental de estos cuatro antisociales, que diría La Razón...
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