Cada vez que oigo Heavy Metal en castellano
me acuerdo de los años en que tuvimos que padecer a todas esas formaciones con
supuestas miras internacionales interpretando en un idioma que no dominaban.
Por fortuna, las cosas parecen haber vuelto a su sitio y proliferan las bandas
que interpretan en la lengua que nos es común.
Este regreso a las raíces también debería
incluir una revisión general de los preceptos artísticos dentro del metal nacional.
De lo contrario, nuestra música dura corre el riesgo de perder su propia
esencia, esa que tanto llama la atención a los aficionados de todo el mundo,
que han convertido el Heavy español en uno de los tesoros más cotizados de las páginas
de subastas tipo Ebay.
Valga
esta perorata para poner en valor el trabajo de Adámastos, una joven formación
de la localidad de Alcázar de San Juan, en la provincia de Ciudad Real. La
valentía del sexteto es mucho más que anecdótica, ya que han conseguido
elaborar un producto sin parangón en la escena metalera actual en España,
afectada por decenas de grupos que por sus postulados bien pudieran ser de
Cardiff, Minnesotta, Zagreb o Rennes.
La originalidad en su propuesta conceptual
es la mejor baza del grupo. Musicalmente hacen un tipo de Heavy Rock a caballo
entre lo clásico y contemporáneo, con partes melódicas y otras mucho más
aceleradas y agresivas. Una mezcla valiente y arriesgada, que de alguna forma también
se extiende a su elección de los argumentos tratados en sus letras.
El grupo diversifica la inspiración de sus
líricas en la libertad temática más pura (el “Genio musical” de Beethoven, la
pesadilla nuclear de “Mutación” o la fantasía de “La reina de los corazones
rotos”), pero otorga una importancia de privilegio a una serie de relatos históricos
muy cercanos a su entorno. El single “Santa Inquisición” y composiciones como
“6 de junio”, “Mediohombre” “El romance de la muerte del rey Don Sancho” y “La Alhambra ” son auténticas
lecciones de historia castellana o española con el soporte de voz, dos
guitarras, bajo, batería y teclados.
Los
autores -Adámastos firma como una sola entidad- recurren a algún episodio del
pasado muy conocido, sin descuidar por ello una serie de acontecimientos reales
perdidos en las sombras del tiempo. Al terminar la escucha de sus canciones y
la lectura de sus letras es inevitable ponerse a teclear en Google nombres como
los de Vellido Dolfos, Blas de Lezo, el Almirante Vernon, Boabdil El Chico o
Chaleco, la Fraila
y la Galana.
El
compacto comienza con una orquestada pieza instrumental denominada “El viaje a
Ítaca” y a partir de ahí se adentra en un Metal épico nada convencional. Las
voces guturales de su vocalista Ángel Cencerrado dan la réplica a su registro
habitual, mucho más armónico, pero que en cuestión de segundos pasa de la
dulzura a la brutalidad más inesperada. Sus compañeros en la instrumentación
son Carlos Poveda (guitarra solista y rítmica), Diego Ortiz (guitarra rítmica y
coros), Pedro Fernández (bajo y coros), Antonio Sánchez-Mateos (batería) y
Óscar Agenjo (teclados y coros). Hacia la mitad del CD suena una segunda
partitura instrumental: “P.G.M" ("Primera Guerra Mundial").
El
disco es producto del talento de sus protagonistas, pero también de una campaña
de cuestación popular que ha logrado costear la grabación del álbum. Esta
precariedad de medios se constata en la producción y mezcla, efectuada por la
propia banda en unión de Roberto C. Bravo en los Bravo Estudios de su propia
localidad. Faltan horas de mezcla para unas canciones que se merecen mucho más
tiempo y recursos. En cualquier caso, nada que no pueda ser solucionado en
próximas entregas.
Recomendamos
encarecidamente “A fuego y sangre” a quienes quieran conocer lo que
metálicamente se hace fuera de las grandes urbes del país. Alcázar de San Juan
puede sentirse orgullosa de haber puesto su nombre en el mapa nacional del HM,
gracias a una emergente promesa a la que habrá que seguir la pista para ver
cómo evoluciona y mejora.
0 comentarios:
Publicar un comentario