Siempre se ha dicho, y con mucha razón, que el Heavy Metal
en castellano tenía que encontrar sus propias vías de expresión para sobrevivir
frente a la avalancha de producciones extranjeras y al desprecio de su propio público,
fascinado de serie por cualquier banda que acreditara un origen anglosajón o centroeuropeo.
Una de las vías para alcanzar esa singularidad era la
elaboración de unas letras que versaran sobre su entorno social y la realidad
más cercana a la España del momento. Lo hicieron Barón Rojo con la maestría de su escritora de
referencia, Carolina Cortés, y lo hicieron también otros muchos grupos que
supieron elaborar temáticas tan originales como la propia idiosincrasia
nacional.
Sin embargo, una de las alternativas al tratamiento
argumental de la cotidianidad no fue trabajada de forma rigurosa hasta la aparición
de Tierra Santa. Nos referimos por supuesto a la historia, una fuente de inspiración
inagotable en el caso de España, que pocos se han atrevido a tomar como bandera
de su creación.
Andábamos con la creencia ya asumida de que fueron los
riojanos los precursores de esta tendencia hasta que Iberia Metálica, Gadir
Records y Whisper Producciones nos han abierto los ojos con Wictoria. Esta
banda cántabra ha sido reeditada con todos los honores en el vigésimoquinto
aniversario de la grabación de su maqueta 'Portus Victoriae'.
El impacto del descubrimiento ha sido gozoso, por cuanto se
trata de un acto de justicia hacia un combo que sólo conocía el gran público
por su participación en el primer recopilatorio de "La Emisión
Pirata" con su tema homónimo. Lo registraron como "Victoria" en el
Centro de Estudios de Sonido en Madrid, cuando el locutor Juan Pablo Ordúñez
"El Pirata" decidió echarles una mano para su difusión en radio a escala
nacional.
Títulos como "Santander en llamas" -sobre el
incendio sufrido por la capital cántabra en 1941- o "Rompe las
cadenas" -que recrea la reconquista de la Sevilla ocupada por los musulmanes- nos pusieron sobre aviso de
unas canciones por completo olvidadas en el tiempo, que ahora resucitan ahora para
ser puestas en valor como corresponde a su calidad y originalidad. Incluso la por entonces denominada
"Wictoria" recreaba las guerras cántabras de los celtas frente a los
romanos. Argumentos valientes y sorprendentes a partes iguales, al menos por lo que suponía de abrir un camino hasta entonces apenas explorado.
El toque autóctono de 'Portus Victoriae' en su versión 2015 se afianza con dos
canciones dedicadas a sendas figuras mitológicas de su región: "Ojáncano" y "Trasgu". Fantástico... en todos los sentidos. Ya era hora de terminar la escucha de un CD
con algo más que impactos musicales llenos de tópicos y lugares comunes..., aunque en este mismo sentido se podrían haber ahorrado la broma
final de la borrachera. Se lo perdonamos porque el efecto sorpresa aún nos dura
y no nos cansamos de escuchar este inesperado 'Portus Vitoriae', que a la postre resulta de lo más
interesante editado por Gadir Records e Iberia Metálica en toda su historia.
Incluso el nombre de la maqueta tiene sus reminiscencias
pretéritas, ya que su traducción del latín significa "Puerto de la
Victoria", apelativo con el que Santander fue conocida en los tiempos en que comenzaba a labrar su historia como enclave cantábrico de referencia. Otro dato hace atractivo el lanzamiento de esta reedición, y es que la demo fue distribuida en su día por la extremeña Walkiria Records, un nombre
siempre reivindicable por su incansable labor durante unos años difíciles en la
edición y difusión de nuestra música favorita.
Las otras pistas de la grabación son las instrumentales "Corocotta" y "Los Cudones de Viriato", el ya conocido y emblemático "Victoria", "Nada ni nadie" (un himno al rock como forma de
vida) y "Evasión" (o cómo planear una escapada de la cárcel de El Dueso,
en la ciudad de Santander). Son composiciones generosas en su duración, que experimentan con recursos inesperados. Es el caso de la introducción recitada/hablada de la letra de 'Kuldra', otra canción por la que supura la épica más tradicional dentro del género. Hacía tiempo que no nos interesaba tanto lo que
leíamos en un libreto, quizás desde la aparición hará un año del CD de la
banda manchega Adámastos, muy aficionada también a la inspiración local y de
corte histórico.
Musicalmente Wictoria desplegaban toda la frescura y el
empuje de la juventud, basando su estilo en los patrones clásicos de unos Iron Maiden o Judas Priest y tocando algo más rápido que otras agrupaciones del comienzo de
la década de los 90. Ahí donde les ven, este quinteto cántabro ya avanzaba una transición del Speed Metal al Power Metal centroeuropeo cuando éste aún no había comenzado a desarrollarse como luego lo haría. Les encontramos cierto paralelismo con los maravillosos
Subterráneo, de Toledo, y en cierto modo están vinculados a otras bandas periféricas que proponían una valiosa alternativa desde provincias, cuando Madrid empezaba a decaer artísticamente en su
división de grupos metaleros.
Como siempre en estos casos, el trabajo de fondo de esta
reedición se completa con una batería de grabaciones inéditas que dejan satisfecho al más exigente. En la referencia que nos ocupa son
todas en directo: "Trasgu" (Sala Royal Palace de Torrelavega -Cantabria- el 25 de agosto de 1989), "Corocotta" (Sala Saja de Torrelavega
el 1 de septiembre de 1990) y "Nada ni nadie", "Santander arde
en llamas", "Evasión", "Ojáncano" y
"Victoria" (Centro de Estudios de Sonido en Madrid para su radiación exclusiva en
el programa "Emisión Pirata"). Las tres canciones inéditas respecto a la
maqueta son "Trasgu", "Evasión" y "Ojáncano".
También hay material gráfico de todo tipo, sustanciado en un álbum de fotografías de estudio y sobre todo testimonios de sus directos (carteles, entradas...), la consabida
biografía en castellano e inglés e incluso un texto de agradecimiento de
la propia banda para celebrar su justa reivindicación en pleno siglo XXI.
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